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Anécdotas sobre Ofelia

“Yeya, como la llamamos nosotros a mi abuela Ofelia, contaba que en esa piedra Eloísa preparaba maíz molido, para hacerle atole todos sus hijos. Cuando Eloísa falleció, Ofelia tenía doce años y conservó la piedra; y con la misma, le preparó atole mi papá.”
Ma. Milagros Solís.
“Mi abuela Ofelia adoraba a sus gallinas, pero en especial a su ganado. El día que la despedimos, íbamos de camino a su última morada y, pasando por un terreno paralelo al camino, el ganado se vino hasta la cerca y se echó cuando pasábamos con su cuerpo”.
Ma. Milagros Solís.
“Cuando visitábamos a la Tía Ofelia nos encantaba ver un carro que hizo su hijo Laureano en la casa de ellos; en su casa, entre potreros, precioso lugar como de postal, y solo podíamos verlo, sin tocarlo porque él se las agenciaba para conseguir todas las piezas que tenía. Y llegó a ser ese gran mecánico de carros grandes y pesados, reconocido por tanta gente como uno de los mejores talleres en cuanto a maquinaria y mecánico competente.”
Elieth Rodríguez Mora.
“Eran los años 80… Mi abuela Ofelia se hartó de que un zorro se metiera a llevársele sus amadas gallinas. Una noche se quedó en vigilia hasta que el zorro llegó, y ella lo agarró por la cola y le metió ¡tremenda golpiza!”
Ma. Milagros Solís.